Récord mundiales que la mayoría no tomaría

Pese a que no ha sufrido ningún daño hasta la fecha, uno de los récords más peligrosos lo ha logrado el eslovaco Milan Roskopf. En 2009, Roskopf fue capaz de superarse a si mismo haciendo malabares con sierras eléctricas. El hombre logró lanzar cada motosierra 62 veces, rompiendo su anterior récord, establecido en 35.

A nadie le gusta ser arrastrado por un caballo, y menos en llamas.
Sin embargo, el húngaro Halapi Roland vio en ello una manera de llegar a la fama. ¿Su récord? Recorrer 472,8 metros de distancia siendo arrastrado en llamas por un caballo. Sin duda alguna, ésta es una manera dolorosa de ser recordado. Sudor, sangre o quemaduras. Todo vale para entrar en el libro Guinness de los récords.
Roland no es el único que se ha dejado un poco de sangre para alcanzar la fama.

Un récord no apto para claustrofóbicos es el logrado por el checo Zdenek Zahradka. El hombre fue capaz de sobrevivir diez días sin comer ni beber encerrado en un ataúd bajo tierra. Zahradka únicamente tuvo la ayuda de un tubo que le conectaba al exterior para poder respirar, ya que de lo contrario, el hombre no hubiera sobrevivido.



El estadounidense Kevin Shelley también se ha llevado más un quebradero de cabeza tratando de ser el hombre que más tazas de inodoro rompe con la cabeza. Shelley estableció en 2007 el récord mundial en 46 tazas. Tras la prueba, el hombre reconoció que todo el mundo necesita tener un hobby.


Los australianos Jim Hunter y Celia Curtis, especialmente Curtis, tienen el honor de ostentar el récord a la persona que más melones le han roto en el estómago en menos de un minuto. Hunter rompió sobre el vientre de Curtis un total de 25 melones en agosto de 2005.

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